26 de abril de 2011

¿Por cuánto te vendes?

"Pero el caso es que España necesita un Madrid. Partiendo de una idea de España, Madrid se obtiene por pura deducción".
Manuel Azaña.

No tengo mucho más que añadir, exceptuando quizá que ayer se acabaron las vacaciones. Y que dos personas fantásticas estuvieron esperándome cerca de dos horas en la estación sur porque mi bus de vuelta (sí, de vuelta) se vio atascado en mitad de una carabana bestial a eso de Albacete.

Se acabó la semana santa, esos siete días de vacaciones regidos anualmente por el ciclo lunar (a mucha honra de este ilógico país), y volvieron las tardes en cafetería y las noches en la sala de estudio, los abrazos al mediodía y las risas a cualquier hora; volvieron los paseos hasta Moncloa y el levantarse aterrorizada pensando que llegas tarde a clase; volvieron las conversaciones de pasillo, la mierda acumulada en un rinconcito del suelo de la habitación, el bullicio de Ciudad Universitaria y el sentirse vivo.

Volvieron los amigos. Volvió Madrid.


12 de abril de 2011

III.

"Lo que está claro es que todas las vidas acaban antes de tiempo."

José Saramago (Ensayo sobre la ceguera)


"Se está enseñando a los chicos sólo a ganarse la vida, que es la manera más triste de perderla."
Emilio Lledó (El anumerismo también es incultura)



Para intentar decir algo antes hay que tener algo que decir. Y si hay alguien que ya haya dicho lo mismo que tú quieres decir, intenta hacerlo mejor. Y si no eres capaz, no lo digas otra vez. O hazlo, pero con las mejores palabras posibles. Aunque no sean las tuyas.




“Del sujeto que rehúsa mezclarse en las agitaciones del vulgo, so pretexto de vivir en esfera sublime, yo desconfío: de su capacidad, si en efecto nuestras preocupaciones no le importan, y veo en ello, antes que distinción, señal de mengua y cortedad de espíritu; de su carácter, si se esquiva y retrae a una abstención prudente por ventaja personal o por librarse de la incómoda refriega. Nada es más urgente en España que el concurso de la inteligencia pura en las contiendas civiles. Normalmente, los españoles somos poco propensos al libre examen, a valernos de nuestra razón personal. El talento y el saber se cualifican por la probidad de su empleo: consiste en reconocer la deuda con la sociedad y abnegarse para servirla.

Concibo, pues, la función de la inteligencia en el orden político y social como empresa demoledora. En el estado presente de la sociedad española, nada puede hacerse útil y valedero sin emanciparnos de la historia.”



Manuel Azaña



5 de abril de 2011

Cansada de romper televisores.

"Los políticos hablan pero no dicen.
Los votantes votan pero no eligen".
Eduardo Galeano - El sistema/1. El libro de los abrazos.




Le escribía yo esta tarde a un amigo:

No creo en el PSOE, mucho menos en el PP. Si al frente de alguno de los dos partidos hubiera un líder carismático, probablemente la formación se convertiría en creíble aunque se tratara de un falso espejismo, pero el caso es que no contamos ni siquiera con ese consuelo. El PSOE la ha cagado, y mucho, en la última legislatura, pero el PP la ha cagado más (¿propuestas?, ¿dónde?, lo siento, solo veo acusaciones, que por muy ciertas que sean no llevan a ningún lado por sí mismas).

Entonces, ¿qué nos queda? ¿Votar a Izquierda Unida, como hacen los "republicanos de verdad", los pseudocomunistas, y los pocos "progres" que todavía guardan algo de decencia? ¿Para qué?

No sé qué va a pasar en las municipales, pero intuyo que nada se va a mover demasiado. Lo que me da miedo son las Generales. Las va a ganar el PP, evidentemente. Hay gente que dice que no está tan seguro, que Rubalcaba puede hacer algo de competencia, y yo digo que sí, que evientemente más competencia que Zapatero puede hacer (pero mucha más, vamos), pero que aun así Rajoy será el próximo presidente del gobierno. ¿Y sabes qué, Jordi? Que este país me da mucha lástima.

Pero, si no gana Rajoy, ¿qué? ¿Otros cuatro años de "socialismo? ¿Doce años? ¿Qué clase de democracia es esa en la que un mismo partido gobierna durante doce años seguidos? ¿Y qué clase de democracia es esa otra en la que dos partidos hipotéticamente contrarios (pero muy, muy hipotéticamente) se alternan en el poder cada ocho años, simplemente porque el electorado se ha cansado del anterior?

Tengo miedo, Jordi. Mucho mucho miedo. Y muchas ganas de llorar.

30 de marzo de 2011

Pico pala, pico pala

"De lo que tengo miedo es de tu miedo."

"El destino es quien baraja las cartas, pero nosotros somos los que jugamos."

William Shakespeare


La perseverancia es un don (probablemente más por suerte que por desgracia) reservado a muy contados individuos. Y no creo que sea tanto un rasgo propio de la personalidad del sujeto como una virtud generada precisamente por el objeto al que se dirige. No es que seamos, en general, poco perseverantes; sino que existen pocas cosas lo suficientemente interesantes como para llevarnos a serlo.


Cierto sabio contemporáneo, al toparse una de sus pupilas en una de estas escasas y valiosas situaciones, acertó a aconsejarle un austero "pico pala, pico pala".


Todavía no sabemos si esa afortunada muchacha alcanzó o no su meta. Lo que sí podemos deducir con absoluta certeza es que, de haberlo hecho, habrá merecido la pena.


Y de no haberlo logrado todavía... que sigue en alguna parte, partiéndose los cuernos. Dejándose la piel. Pico pala, pico pala.

23 de marzo de 2011

Entre andenes.

Hemos cruzado lo que en un agujero negro la literatura cientificucha llama horizonte de sucesos. Como dijo Julio Cesar al cruzar el Rubicón: 'Alea jacta est'
Marcos Tello (el Grande)


La vida se puede pasar haciendo planes. Y no, no me voy a dedicar a hacer uso de la filosofía barata ni de discursos manoseados acerca de un falso carme diem, pero acabo de experimentar una sensación demasiado bonita como para quedármela dentro: ésa en que se da por fin el salto al vacío y todo de lo que has pasado hablando días y días comienza a hacerse real. O dicho de otro modo: ésa que te hace saber que vas a pasar unos días estupendos en lugares increíbles con dos compañeros de viaje maravillosos.

Señores, ya es oficial: nos vamos de interrail. Vayan preparando sus mochilas y sus sacos de dormir (esta es la vida del estudiante, ya se sabe), y diríganse raudos al aeropuerto internacional de Barajas, de donde el día 1 de agosto despegará un avión, uno más, con destino Eindhover, Holanda.

16 de marzo de 2011

Llueve sobre mojado

"We don't read and write poetry because it's cute. We read and write poetry because we are members of the human race. And the human race is filled with passion. And medicine, law, business, engineering, these are noble pursuits and necessary to sustain life. But poetry, beauty, romance, love, these are what we stay alive for. To quote from Whitman: "O me! O life!... of the questions of these recurring; of the endless trains of the faithless, of cities filled with the foolish; what good amid these, O me, O life?" Answer: "That you are here; that life exists, and identity; that the powerful play goes on and you may contribute a verse." That the powerful play goes on and you may contribute a verse... What will your verse be?"
Mr.Keating (Dead Poets Society)
Walt Withman


En menos de diez días volveremos a encontrarnos. Estamos acostumbrados ya, por unas cosas o por otras, a largas y tediosas temporadas sin vernos (después de una repentina obligación a habernos desacostumbrado el uno del otro tras tu marcha a Salamanca). A pesar de esto, sigue habiendo pocas cosas que pueda imaginarme (si no ninguna) más gratas que una cocacola, un plato hondo, un par de librerías y un buen chaparrón en tu compañía. Y, entre chaparrón y chaparrón, las nubes siguen cobijándome mediante un teclado o un teléfono. Nubes de palabras a las que estoy y estaré eternamente agradecida siempre. Te odio. Hasta que escampe.

Y qué más da si cierro mis manos
sobre imágenes, perdidas,
y si tras una mirada hay un vacío,
una foto,
o un murmullo, tras un grito.
Y qué más da si
lluvia y lágrimas pueden fluir
transversales
entre presos, autómatas, jardines,
qué más da,
si el eco de mis pasos resuena
donde nadie alcance a oírlo.
Si la jaula está abierta
o si llueve, ¿qué importa?
¿Y si mañana ya no hay sol?

Samuel Darriba (o mi maldito mejor amigo)


7 de marzo de 2011

Si te dijera, amor mío...

"Hola, Julia.

Después de tu llamada de ayer, te comento:
La primera vez que vi a Aute cantar "Al alba" entre otras fue en el 82, en el parque de Fofó, en Murcia. Te puedes imaginar perfectamente cómo me sentí, pero en aquel momento había tres cosas (al menos) que ni se me pasaban por la cabeza:

1. Jamás hubiera pensado que yo iba a tener una hija; nunca jamás, te lo juro.
2. Mucho menos pensaba que, veinteinueve años después de aquel día!!!!, esa hipotética hija iba a estar lo suficientemente loca para disfrazarse de Alaska, gustarle la música de cantautores y no decantarse por el hip hop, el rap, la música electrónica, shakira o yo qué sé (en fin, cosas normales de la gente).
3. Y lo que menos me podía imaginar es que a estas alturas, Aute siguiera vivo... Ya en el 82 estaba decrépito y con esa inaudible y cazallera voz, fruto de los miles de porros, cubatas y demás cosas que se metía.

En fin, volví a ver a Aute en el 84 (dos veces), en el 85; también fui a conciertos de Héroes, de Siniestro Total, de Burning (histórico concierto en el parque del oeste, marzo del 85), de Serrat ni te cuento.

Lejos de una cosa mítica y estupenda, algunas de las personas que "admirábamos" están muertas, y muchas otras que se dejaron llevar por la movida general y que nunca fueron famosos también están muertas, a algunas yo las conocía, y unos pocos de ellos eran amigos míos.

...Cuando tengas una hija, y pasen veinteinueve años (no se entonces si Aute estará ya muerto), si por asomo le cuentas el significado de esta música y de otras y le dices que es la música que su abuela cantaba a voz en grito con los ojos cerrados, y tú también, pensará que estás absolutamente colgada y que vaya carrozas (o como se diga entonces), o lo que es peor, también le gustará y eso significará.... que tenemos otra loca en la familia."



Ayer (anteayer, ya) tuve la increíble oportunidad de ver a Luis Eduardo Aute en directo, junto con otros seis cantautores, en una iniciativa maravillosa. Y mientras el chico que me acompañaba llamaba emocionado a un amigo en común que se puso a cantar a voz en grito por el altavoz del teléfono móvil, yo no pude evitar sentir la obligación de telefonear a casa.

Transcribo aquí sin su permiso (se lo comentaré mañana, prometido) un trocito del mail que acabo de recibir de mi madre, que me ha puesto la piel de gallina y me ha hecho sonreír como una boba. Gracias, mamá. Gracias por todo.

3 de marzo de 2011

De lo más antüiguo

"Muy buenas noches Panamá.
Confucio fue uno de los que inventó la confusión,
y por eso se le ha...
De lo más antüiguo, fue uno de los chinos...japoneses...
que fue de lo más antiguo.
Gracias."
Candidata a Miss Panamá 2009
















El Roto


Siendo nuestra arma definitiva tan "antüigua", deberíamos haber empezado a dominarla hace un par de siglos. Yo no digo nada...

2 de marzo de 2011

Le fableux destin

"You are the closest to heaven that I've never been,
and I don't want to go home right now."
Iris-Goo Goo Dolls


Tras un fin/inicio de semana más que intenso, con cervecitas por Bilbao, fiesta de carnaval, disfraces, música, fiebre y Amelie incluídos, toca volver a la rutina de la mano de Monet y de Luis Fernández Galiano. No, Julia, no voy a hacer ninguna crónica de una fiesta que se define por sí misma. Lo único que me queda por añadir ante esta vuelta a la normalidad -y no es moco de pavo- es un ferviente deseo de que dios nos pille confesados hasta a los más escépticos.




¡Siga las flechas azules señor Quincampoix!

26 de febrero de 2011

¡Carnaval, Carnaval!

Carnaval, carnaval,
Carnaval, ¡te quiero!






Próximamente, la crónica por Ms. Brightside.

21 de febrero de 2011

Hogar.

"La Residencia se proponía complementar la enseñanza universitaria mediante la creación de un ambiente intelectual y de convivencia adecuado para los estudiantes. Características distintivas de la Residencia fueron propiciar un diálogo permanente entre ciencias y artes y actuar como centro de recepción de las vanguardias internacionales. Ello hizo de la Residencia un foco de difusión de la modernidad en España, y de entre los residentes surgieron muchas de las figuras más destacadas de la cultura española del siglo XX, como el poeta Federico García Lorca, el pintor Salvador Dalí, el cineasta Luis Buñuel y el científico Severo Ochoa. A ella acudían como visitantes asiduos o como residentes durante sus estancias en Madrid Miguel de Unamuno, Alfonso Reyes, Manuel de Falla, Juan Ramón Jiménez, José Ortega y Gasset, Pedro Salinas, Blas Cabrera, Eugenio d'Ors o Rafael Alberti, entre muchos otros."



Yo conocí la Residencia de Estudiantes gracias a Miguel Hernández; es una más de las muchas cosas que le debo, junto con el hecho de enseñarme a apreciar la poesía. En su día llegué a preguntarme por el tipo de casualidades que habían hecho coincidir en un mismo lugar y en una misma época a tantísimas personas maravillosas. Me parecía casi una broma de eso que algunos llaman destino, una coincidencia que no se había dado nunca y que jamás volvería a producirse, porque simplemente era imposible. Para mí, era como si una mano invisible hubiera surcado España desde lo alto agarrando por la nuca a todas aquellas mentes brillantes, a todos aquellos espíritus inquietos, y reuniéndolos después en un mismo edificio que era mucho más que eso.

Creo, sin embargo, que ahora empiezo a comprenderlo. No tengo ni idea de qué habría sido de Lorca o de Dalí si no hubieran vivido en la Residencia, si no hubieran entrado en contacto con tantos otros mundos interiores, si no hubieran absorbido cultura e inquietudes por todos los poros de su cuerpo. Pero me arriesgo a afirmar, aún a sabiendas de poder equivocarme, que estoy convencida de que no habrían sido el Lorca ni el Dalí que conocemos hoy en día.

Ellos hicieron a la Residencia y la Residencia los hizo a ellos. Dice Durkheim que hay ciertas cosas que están en cada uno de nosotros y que por ello pasan a estar en el todo; una vez en el todo, se hace inevitable que permanezcan y se potencien en cada uno de nosotros. Y digo yo, bueno, quizá sea eso. El caso es que ayer, bajando por la Cuesta de Moyano cargada de libros de segunda mano, me sentí un poquito así. Y me acordé de un amigo que cuando visitó por primera vez esta enorme casa en la que estoy viviendo, me preguntó si podía, quizá, compararse con aquella Residencia de Estudiantes.

Ellos hicieron a la Residencia y la Residencia los hizo a ellos. Sin dobles tintas. No existió (no existe) ninguna mano invisible seleccionadora, sino tan solo un único requisito: tener algo que aportar. Como esos caldos en los que cada ingrediente da más sabor al resto.

¿Sabéis? A mi amigo le respondí que sí.



13 de febrero de 2011

Que el soneto nos tome por sorpresa



Entrar en este verso como el viento,
que mueve sin propósito la arena,
como quien baila que se mueve apenas,
por el mero placer del movimiento.

Sin pretensiones, sin predicamento,
como un eco que sin querer resuena,
dejar que cada sílaba en la oncena
encuentre su lugar y su momento.

Que el soneto nos tome por sorpresa,
como si fuera un hecho consumado,
como nos toman los rompecabezas,

que sin saberlo, nacen ensamblados.
Así el amor, igual que un verso empieza,
sin entender desde donde ha llegado.


Jorge Drexler


Ayer no vi la gala de los Goya. De todas las películas nominadas, apenas había visto una (También la lluvia, que me sorprendió gratamente en su momento) y no tenía mucho sentido montarme una quiniela. Sólo había marcado las casillas de dos categorías. La primera era la de mejor canción. Supongo que no era muy difícil acertar dada el temazo que el señor Drexler se había sacado de la manga y, efectivamente, así fue. Esta vez sí, Jorge, esta vez sí te han dejado cantar. La segunda...Bardem, me acabas de imponer la obligación moral de ver Biutiful. Y es que, a pesar de no haber visto ninguna otra, me sigo preguntando qué cojones haces en la película para haberte merecido este Goya más que Luis Tosar.


Son las nueve menos diez de la mañana. En tres horas y cuarenta minutos tengo la entrega de mi primer proyecto. He dormido bien, me he despertado mejor, he desayunado una barbaridad, todavía nadie me ha recordado que es San Valentín ni nadie ha aparecido vestido de rojo riguroso y he recordado a mi paisano dedicando el Goya el pasado año "en galego, que se entende perfectamente" (en Madrid, todo toma mucho más sentido). Y hoy, hoy va a ser un buen día.


10 de febrero de 2011

Corrimos por Madrid.

Como quien sabe que cuenta con la tarde entera
sin nada más que hacer que acariciar aceras.
Jorge Drexler - La trama y el desenlace.


Me gusta el tiempo de no hacer nada. El tiempo de hacer cosas te absorbe, te crea un estado de ansiedad que acaba imposibilitando cualquier mínima acción. El saberte en la tesitura de "tener que" hacer algo, lo que sea, ya, suele llevarte a la negación absoluta, a vagar, remolonear, enclaustrarte en ti mismo, huir de las obligaciones, sentirse mal.

Me gusta el tiempo de no hacer nada. Me gusta, sí, esa sensación de que el pecho se abre y puedes respirar mejor. Pasear sin más o charlar durante horas. Terminar de comer y tenderte al sol, acostarte tarde si quieres (y si no, temprano), leer mucho, soñar bonito. La cabeza se llena de proyectos, de cosas que no hiciste en el tiempo de sí hacer y que ahora, por fin, encuentran su momento.

Casi todas las grandes cosas se lograron en el tiempo de no hacer nada. ¿Quién, en el tiempo de hacer cosas, se va a preocupar por tener una idea brillante? Lo importante es hacer, ejecutar más que pensar, uno, otro, más. No hay voluntad propia, libre elección, imaginación; no hay vida. Pero cuando llega el tiempo de no hacer nada, cuando te dicen ese "ahora estás tú y nada más", entonces no se hace sino que se crea.

Llamadme idiota, pero muchas cosas mejorarían si el tiempo de hacer se redujera considerablemente. La gente tendría tiempo para correr, amar, reír; para vivir.

1 de febrero de 2011

¡Felicítenla, felicítenla!

"Y el niño aquel que tú eras antes,
se fue, no está, y aunque eres el mismo
ya no es igual, pareces distinto...
debes buscarlo, lo vas a encontrar."
(Tequila- Que el tiempo no te cambie)

Parece que fue ayer cuando hablamos por primera vez, de república y selectividad y notas y olvidos y amigos y enemigos y Madrid y esto y aquello, y qué bien que nos hemos venido, y ¡ché! qué bueno que viniste. Parece que fue ayer cuando me percaté de la pedazo de persona que tenía delante. Y... ¡qué cojones! ¡Si es que fue ayer!

Gracias por estos casi cinco meses (así, a lo tonto) de incondicionalismo extremo.

Felices diecinueve, pichón.




30 de enero de 2011

Money for nothing

“That little faggot got his own jet airplane,
that little faggot… he's a millionaire”
Dire Straits (Money for nothing)


En un mundo en el que sólo los problemas económicos desencadenan verdaderas revoluciones democráticas, en el que los dictadores son apoyados por muchos, anhelados por bastantes y vetados por muy pocos; en un mundo en el que el terrorismo queda relegado a un segundo plano siendo considerado un mal menor por el poder político y en el cual los periódicos se llenan de palabras vacías e inconexas, el coste de la vida no deja de subir.

En un mundo en el que la libertad ha dejado de existir hace décadas, en el que tener una actitud crítica con respecto a las prácticas deliberadamente violentas que tu país ejerce sobre otro -tan oprimido que legalmente ni siquiera es tal- está penado por ley, en el que un profesor universitario puede hacer apología del lema "Menos intelectuales y más explotación"; en un mundo el que se prohíbe la emisión radiofónica de una de las mejores canciones jamás escritas por su contenido "deliberadamente discriminatorio hacia el colectivo homosexual" mientras en otro lugar del globo el máximo representante de la secta con más adeptos de la historia proclama a los cuatro vientos la obvia inferioridad de todo lo femenino o afeminado, la bocanada de aire cada vez está más cara.

A veces me pregunto si realmente merece la pena pagar semejante alquiler.



Fuck you, faggots!

27 de enero de 2011

Todos todos miraban mal.

En mi pueblo sin pretensión
Tengo mala reputación.

Quién me iba a decir a mí hace un año que hoy estaría viviendo en un lugar donde se habla de exposiciones en el Prado y el Reina Sofía, Filmoteca Nacional, buena literatura y estrenos de teatro con la misma frecuencia que de conciertos, listas de bares y botellones en habitaciones vecinas.

En este concentrado de procedencias e historias personales te encuentras de todo, cierto. Unos echan de menos, otros no, y alguno hasta se arrepiente de la decisión tomada, con un "mierda, debería haberme quedado en casa" que a los demás, en ocasiones, nos cuesta comprender.

Y en los mejores momentos, aquellos en los que me siento y cierro los ojos, y algo se estremece dentro mío (de mí) y me entran escalofríos, y me siento más yo que nunca y más en mi sitio que en ninguna otra parte... En los mejores momentos, me da por recordar.

Y recuerdo los anhelos, los malos y buenos tiempos, sí, que también los hubo. Y recuerdo el ser la rara, la que quería estudiar y encima fuera (España profunda, le llaman), la que se esforzaba por tener buenas notas... La que leía Saramago en los descansos, la que al venir a Madrid de viaje de estudios se quedaba más allá del tiempo obligatorio frente a las pinturas negras de Goya, la que disfrutaba discutiendo de historia o economía o lo que fuera, pero argumentos, por favor.

Y en los mejores momentos, aquellos en los que me siento y cierro los ojos, y algo se estremece dentro mío (de mí) y me entran escalofríos, y me siento más yo que nunca y más en mi sitio que en ninguna otra parte... En los mejores momentos, sonrío pensando que todo, todo, valió la pena.

Y comprendo que salí de ahí, que alcancé mi sueño, que estoy viviendo la vida que quiero vivir y que dejé atrás las burlas de incomprensión.

Y me estremezco de felicidad.

23 de enero de 2011

Sentido: Este post no lo tiene

"Hay una calle que lleva tu nombre en la ciudad del viento,
después de aquel invierno me harté de esperarte y se cayó el letrero."
Quique González (La ciudad del viento)


Correr y pensar sin pensar a la vez que corres por un sitio despejado y tieso, lleno de pociones y dragones y vísperas de tragedias; los sueños son como una letra de vidrio de Van Der Rohe, ingrávidos, derrotados y ciegos, mientras que la pulsera que sujeta la carta color grana se convierte en un cable hacia el futuro, en un oído atento hacia el presente más pasado. Y los grillos de la cola del metro no paran de chirriar al unísono mientras me voy a tierra de nadie, tierra de todos, mis gafas son del mismo color que los carteles que iluminan la cabecera de tu colchón y mientras pienso esto en un post-it verde y amarillo y rosa y fuxia me voy acercando a la mesa de madera de roble aderezado con vino blanco, de ese que no emborracha pero adormece y espabila a mis zapatillas a correr y a mis labios a enzarzarse en una conversación en la misma lengua de los muertos, de las aves, de los cañones y de los huesos de Bob Dylan, que sigue sonando y suena y habla y canta y ¡hey, Mr, Tambourine! deja de cantar para mí y vuelve su cabeza hacia alguien más improbable, más inhóspito, más derrotado y pusilánimemente heroico, alguien más digno de su gratitud y dependencia febril. Me escabullo de tu lado y me acurruco entre tus alas rotas, que no dejan de decirme con sus amagos de caricias que no quieren libertad; lo único que quieren son unas plumas del material del que están hechos los álbumes de fotos que reflejan la más profunda soledad insospechada. Los vacíos.

20 de enero de 2011

No olvides, no traiciones.

Yo busco calidad de vida
mientras la gente se suicida.
Loquillo.


En el metro de Bilbao, el responsable de seguridad observa con suspicacia cómo rebusco en mi mochila de retales el abono de transportes. Mientras hago equilibrios para no perder los auriculares ni el libro que sostengo a duras penas debajo del brazo, un señor de traje y corbata salta discretamente la barrera de entrada. Al parecer, al segurata le llama más la atención mi camiseta de La Polla Records.

El Ministerio de Hacienda se encuentra en Guzmán el Bueno, enfrente de la sede central de la Guardia Civil. A un lado, un colegio público; al otro, un bazar chino de los que recuerdan al tiempo de los "Todo a 100", cuando mi abuelo me daba una moneda de veinte duros y me dejaba elegir regalo. A la altura del segundo o tercer piso, un inmenso escudo nacional inserto todavía, como por un error tonto o un descuido sin importancia, en un águila imperial.

Dos chavales esperan, impacientes, ante el mostrador de carnés de la Biblioteca Nacional. "Sí, perfecto, ¿qué desean investigar?", y se dan media vuelta frustrada su intención de acceder al patrimonio que tan de todos es.

En la Plaza Mayor confluyen cada vez más personas con la calle por hogar, a rastras una manta y un cartón, y grupos de chicos inmigrantes que aprovechan el buen tiempo para pasear y tomar el sol. Los primeros no existen, no están, ¿qué, dónde?, no los veo, no. Los segundos sí. Y molestan.

Llamadme idiota, pero las cosas no me cuadran.

16 de enero de 2011

Formalismos

"El artista es creador de belleza.
Revelar el arte y ocultar al artista es la meta del arte.
El crítico es quien puede traducir de manera distinta o con nuevos materiales su impresión de la belleza.
La forma más elevada de la crítica, y también la más rastrera, es una modalidad de autobiografía.
Quienes descubren significados ruines en cosas hermosas están corrompidos sin ser elegantes, lo que es un defecto.
Quienes encuentran significados bellos en cosas hermosas son espíritus cultivados. Para ellos hay esperanza.
Son los elegidos, y en su caso las cosas hermosas sólo significan belleza.
No existen libros morales o inmorales.
Los libros están bien o mal escritos. Eso es todo.
La aversión del S. XIX por el realismo es la rabia de Calibán al verse la cara en el espejo.
La aversión del S. XIX por el romanticismo es la rabia de Calibán al no verse la cara en un espejo.
La vida moral del hombre forma parte de los temas del artista, pero la moralidad del arte consiste en hacer un uso perfecto de un medio imperfecto. Ningún artista desea probar nada. Incluso las cosas que son verdad se pueden probar.
El artista no tiene preferencias morales. Una preferencia moral en un artista es un imperdonable amaneramiento de estilo.
Ningún artista es morboso. El artista está capacitado para expresarlo todo.
Pensamiento y lenguaje son, para el artista, los instrumentos de su arte.
El vicio y la virtud son los materiales del artista. Desde el punto de vista de la forma, el modelo de todas las artes es el arte del músico. Desde el punto de vista del sentimiento, el modelo es el talento del actor.
Todo arte es a la vez superficie y símbolo.
Quienes profundizan, sin contentarse con la superficie, se exponen a las consecuencias.
Lo que en realidad refleja el arte es al espectador y no la vida.
La diversidad de opiniones sobre una obra de arte muestra que esa obra es nueva, compleja y que está viva.
Cuando los críticos disienten, el artista está de acuerdo consigo mismo.
A un hombre le podemos perdonar que haga algo útil siempre que no lo admire. La única excusa para hacer una cosa inútil es admirarla infinitamente.
Todo arte es completamente inútil."
Oscar Wilde (Prólogo de El retrato de Dorian Gray)



El examen de historia del arte, o de historia de la construcción, o de historia de la arquitectura (como algunos dan en llamar a esta peculiar combinación -¿o no?- de dos campos -arte y ciencia- que a veces parece que sólo en ella se intersecan) está a la vuelta de la esquina. Debido probablemente a las influencias y opiniones que he recibido y escuchado durante toda mi vida acerca de este tema, por momentos me da la impresión de que esa intersección existe, de que podemos hallar ciencia entre los muros de Santa Sofía y arte en la geometría euclidiana; de que no sólo son herramientas la una del otro y viceversa, sino complemento y necesidad.

Hasta que vuelve a aparecer Oscar Wilde y me convence de nuevo.

Sí, no me acordaba de cuán formalista puedo llegar a ser.

La pregunta es qué cojones estoy haciendo con mi vida. O no.

14 de enero de 2011

¡Jacarandosa!

Últimamente solo se escuchan por los pasillos dos temas de conversación. Ante el primero los ojos se iluminan; frente al segundo la mirada se apaga y las cabezas se agachan, tratando de refugiarse inútilmente mediante la táctica del avestruz.

Cuando me mencionan el tiempo, me entran ganas de salir corriendo a la calle; de tenderme al sol, como las lagartijas, debajo de estos asombrosos veinte grados que hacen que podamos ir de manga corta en enero. La calle está llena de gente, de personas que la rebosan, cada una con su historia. Y últimamente, es más fácil sonreir. El sol ayuda; los amigos también. Y esa ficticia sensación de primavera que incita a tirarse en el césped del Retiro con una guitarra y un par de litros de cerveza.

Entonces una esboza una sonrisa, se pone música alegre, y cuando siente que ya no puede soportar estar más tiempo aquí dentro enterrada, se arma de valor y sale a la puerta. Y en ese momento la realidad te golpea, la mirada se nubla, alguien te da una patada en el estómago, y tú le dices adiós al Sol volviendo a enclaustrarte.

Porque el segundo tema de conversación, señores, son los exámenes.

9 de enero de 2011

Quédate en Madrid

"Seremos otros, seremos más viejos,
y cuando por fin me observe en tu espejo,
espero al menos que me reconozca,
me recuerde al que soy ahora
."
Vértigo- Ismael Serrano




Al fin, el autobús se detiene en la dársena 27 de la estación de Méndez Álvaro. Me apresuro a recoger todos mis bártulos de mano y me abalanzo sobre la puerta levadiza, como si se hubiera apoderado de mí un miedo irracional a que ésta se pudiera cerrar y el bus partiera de nuevo rumbo a cualquier otro sitio alejándome del mío. Porque si algo he descubierto en estos últimos meses es que ese lugar natural del que hablaba Aristóteles no existe únicamente para las piedras o las gotas de agua, y que el mío... el mío se llama Madrid.

Madrid, esa misma ciudad que al bajar del autobús se extiende ante mis ojos en forma de estación, probablemente la mejor metáfora que se puede hacer de ella. Madrid con sus prisas, sus relojes y sus maletas, Madrid con su exceso de velocidad y su falta de cordura. Madrid, estación de estaciones, vuelve a darme la bienvenida.

Y me recibe a golpe de lluvia, de frío y de viento; pero también de luz. A golpe de ruido, pero también de música. Y de silencio. Y es que si algo caracteriza Madrid son los contrastes. Calma y tempestad. Locura y sosiego. Malasaña y la Gran Vía. Y sin embargo, a pesar de lo mucho que se diferencian sus polos, a veces el resultado de esta diversidad exagerada y generalmente bipartita es precisamente el opuesto: Nunca -nunca antes de pisar Madrid- las palabras recordar y anhelar habían tenido un significado tan similar.

Recordar y anhelar, recordar y anhelar. Recordar un concierto, un lugar, el Dosde, recordar prisas, y luces, y chinos, y besos a traición y vueltas, y vueltas y vueltas y vueltas. Anhelar lo que sucedió ayer. Anhelar lo que sucedió hace un mes y te pilló mojándote bajo su lluvia. Anhelar lo que sucedió hace treinta años y lo que está sucediendo en este instante, en cualquier otra parte de la ciudad. Y lo que vendrá. Y lo que no.

Y por todo esto camino por la estación llevando a duras penas mis maletas y comienzo a mimetizarme con mi ciudad, con mi camino, con mi destino y con mi meta. Con el amor de mi vida, que se llama Madrid.

Queda menos para todo.

3 de enero de 2011

Días de vino y rosas.

Crecimos con las historias de nuestros padres. Pertenecemos a esa generación que no vivió la Transición, ni las grandes manifestaciones de estudiantes, ni la Movida Madrileña, pero que las siente tan propias como el que más. A los ocho años, en nuestro repertorio de canciones infantiles y éxitos del Caribe2000 (míticos, aquellos veranos) insertábamos involuntariamente trocitos de un Serrat infinito y de una Alaska de pelo naranja que nuestras madres cantaban a voz en grito. Mirábamos a los chicos mayores con esa añoranza imposible de las cosas que nunca llegaron, e imaginábamos sus mochilas y sus archivadores como cajas de sueños y de luchas. La educación os hará libres.

Yo siempre quise ir a la Universidad. Mis padres hablaban de ella como la mejor época de sus vidas, y cada vez que se paraban a recordarlo sus ojos se encendían. Titilaban, como estrellas, y eran ellos y no su voz los que narraban historias de amigos y fiestas, de noches de estudio interminable, de viajes cargados de tan solo una mochila, de ansias, de amores, de eso que nunca nadie consiguió describir completamente y que conocemos por el gastado nombre de juventud.

Y hoy, hoy nos damos cuenta de que nos hacemos mayores. Miramos a los mismos chicos, que de pronto tienen nuestra edad, y descubrimos que somos nosotras las que cargamos las carpetas llenas de sueños. Recreamos las luchas pasadas, para darnos cuenta de que son las mismas que tenemos que continuar en el presente. Y, sin tiempo apenas para percatarnos de ello, nos encontramos sumergidas en lo que, según llevamos dieciocho años escuchando, va a ser la mejor época de nuestras vidas.

Alba y yo nos conocimos en la esperada Madrid, ciudad de nuestros amores, hace tres meses, y vamos a intentar mantener activo este modesto espacio hasta el momento en que acabemos la carrera. Como una pequeña catarsis semanal que venga a decir que, al fin y al cabo, nunca seremos más jóvenes que esta noche.