13 de febrero de 2011

Que el soneto nos tome por sorpresa



Entrar en este verso como el viento,
que mueve sin propósito la arena,
como quien baila que se mueve apenas,
por el mero placer del movimiento.

Sin pretensiones, sin predicamento,
como un eco que sin querer resuena,
dejar que cada sílaba en la oncena
encuentre su lugar y su momento.

Que el soneto nos tome por sorpresa,
como si fuera un hecho consumado,
como nos toman los rompecabezas,

que sin saberlo, nacen ensamblados.
Así el amor, igual que un verso empieza,
sin entender desde donde ha llegado.


Jorge Drexler


Ayer no vi la gala de los Goya. De todas las películas nominadas, apenas había visto una (También la lluvia, que me sorprendió gratamente en su momento) y no tenía mucho sentido montarme una quiniela. Sólo había marcado las casillas de dos categorías. La primera era la de mejor canción. Supongo que no era muy difícil acertar dada el temazo que el señor Drexler se había sacado de la manga y, efectivamente, así fue. Esta vez sí, Jorge, esta vez sí te han dejado cantar. La segunda...Bardem, me acabas de imponer la obligación moral de ver Biutiful. Y es que, a pesar de no haber visto ninguna otra, me sigo preguntando qué cojones haces en la película para haberte merecido este Goya más que Luis Tosar.


Son las nueve menos diez de la mañana. En tres horas y cuarenta minutos tengo la entrega de mi primer proyecto. He dormido bien, me he despertado mejor, he desayunado una barbaridad, todavía nadie me ha recordado que es San Valentín ni nadie ha aparecido vestido de rojo riguroso y he recordado a mi paisano dedicando el Goya el pasado año "en galego, que se entende perfectamente" (en Madrid, todo toma mucho más sentido). Y hoy, hoy va a ser un buen día.


1 comentario: