Emilio Lledó (El anumerismo también es incultura)
Para intentar decir algo antes hay que tener algo que decir. Y si hay alguien que ya haya dicho lo mismo que tú quieres decir, intenta hacerlo mejor. Y si no eres capaz, no lo digas otra vez. O hazlo, pero con las mejores palabras posibles. Aunque no sean las tuyas.
“Del sujeto que rehúsa mezclarse en las agitaciones del vulgo, so pretexto de vivir en esfera sublime, yo desconfío: de su capacidad, si en efecto nuestras preocupaciones no le importan, y veo en ello, antes que distinción, señal de mengua y cortedad de espíritu; de su carácter, si se esquiva y retrae a una abstención prudente por ventaja personal o por librarse de la incómoda refriega. Nada es más urgente en España que el concurso de la inteligencia pura en las contiendas civiles. Normalmente, los españoles somos poco propensos al libre examen, a valernos de nuestra razón personal. El talento y el saber se cualifican por la probidad de su empleo: consiste en reconocer la deuda con la sociedad y abnegarse para servirla.
Concibo, pues, la función de la inteligencia en el orden político y social como empresa demoledora. En el estado presente de la sociedad española, nada puede hacerse útil y valedero sin emanciparnos de la historia.”
Manuel Azaña
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